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Tabaquismo

¿Qué es el tabaquismo?

El tabaco se puede inhalar, aspirar, masticar o fumar, este último es la forma de consumirla más difundida en el mundo.
Al fumar se produce un proceso de combustión incompleta que hace que el humo contenga más de 4.000 componentes, 50 de estas sustancias tienen la capacidad de producir cáncer.

¿Por qué hablar del tabaquismo?

El tabaco es la principal causa de muertes prevenibles, enfermedades y discapacidades en el mundo. 5 millones de personas por año en el mundo morirán a causa del tabaquismo.

 

La mitad de las personas fumadoras va a morir por una enfermedad relacionada al consumo del tabaco y vivirán 10 años menos comparado con los no fumadores, a mayor cantidad fumada aumentan los años perdidos.

En nuestro país se calcula que mueren 40.000 personas por enfermedades relacionadas con el tabaco, correspondería el 16% del total de las muertes de personas mayores de 35 años.

 ¿Por qué fumamos?

Múltiples factores intervienen en el inicio del tabaquismo, algunos dependientes del medio (publicidad, imitación, accesibilidad) y otros del propio individuo (autoestima, curiosidad, desafío, riesgo, etc.), pero fundamentalmente el motivo que mantiene el tabaquismo es el placer.

La nicotina presente en el cigarrillo es la sustancia responsable de esta acción que se produce cuando llega al cerebro.

Desde un punto de vista cuantitativo la nicotina es cinco veces más adictiva que la heroína.

 

¿Por qué es difícil dejar de fumar?

Por adicción, el tabaquismo es reconocido como una enfermedad por cumplir con los criterios de adicción: tolerancia, abstinencia, consumo creciente, deseos persistentes, esfuerzos infructuosos para conseguir el producto, disminución de las actividades y continuidad del consumo.

El cigarrillo atrapa al fumador entre la “recompensa placentera de fumar” y el “castigo por no hacerlo”, lo que implica decir que queda atrapado entre la dependencia y la abstinencia.

 

¿Por qué dejar de fumar?

Importante: Dejar de fumar a cualquier edad siempre es beneficioso para la salud.

Muchos beneficios son a corto plazo, en menos de 24 horas la presión arterial baja al igual que la frecuencia del pulso, el monóxido de carbono en la sangre se normaliza.

A las 48 horas mejora el gusto y el olfato, el cerebro comienza a acostumbrarse a la ausencia de nicotina.

A partir de las 2 semanas mejora la circulación, es más fácil caminar y mejora la función pulmonar en un 30%.

Entre 1 y 9 meses, disminuye la tos, la congestión nasal, la fatiga y la falta de aire, mejoran la arquitectura bronquial y disminuyen las infecciones.

Al año el riesgo de morir por enfermedad cardíaca ha disminuido a la mitad, a los 5 años es igual al de los no fumadores y el riesgo de morir por enfermedad disminuye a la mitad.

A los 10 años el riesgo de morir por cáncer de pulmón es similar al de los no fumadores y disminuye la incidencia de otros cánceres.

 

 

 

¿Cómo podemos dejar de fumar?

 

En la actualidad no hay una técnica o medicación que logre un 100% de curación de la enfermedad, es la suma de varias estrategias lo que permite lograr el éxito del tratamiento.

 

Paso 1 – Antes de dejar de fumar: prepárese.

  1. Poner una fecha para dejar de fumar
  2. Considerar la posibilidad de ayuda profesional, incluyendo el tratamiento farmacológico
  3. Elaborar una lista de beneficios por dejar de fumar
  4. Tenga en cuenta las expectativas incorrectas:
    • Creer que el deseo de fumar desaparece, debe de aprender a controlar el deseo cada día,
    • Creer que  puede fumar un cigarrillo alguna vez. Es importante saber que lo deja todo y para siempre.
    • Creer que el tratamiento con medicamentos es todo, sin esfuerzo de su parte no hay éxito.
    • Creer que  dejar de fumar es durísimo, casi imposible. Seguramente tuvo tareas más difíciles.
    • Creer que  dejar de fumar dependa solo de la fuerza de voluntad. Requiere de una estrategia y apoyo.
    • Creer que  al dejar de fumar se aumente de peso. Es importante controlar cuanto come para evitar el aumento de peso.

 

Paso 2 – Dejando de fumar

  1. Organizarse: evite tener cigarrillos o actividades con alta exposición a fumar.
  2. Cambio de hábitos: hay situaciones ligadas al cigarrillos (ej: después de cenar), evítelas.
  3. Siga correctamente las indicaciones médicas sobre los medicamentos indicados.
  4. Comunique que ya no fuma a sus familiares, amigos y compañeros; solicite que lo ayuden en el tratamiento.
  5. Tenga presente los motivos que lo llevaron a dejar de fumar.

 

Atención con las excusas

·         “Por un cigarrillo no pasa nada”

·         “Fumo uno y nada más”

·         “Puedo controlar lo que fumo”

·         “Es uno de los pocos placeres que tengo”

·         “Total de algo hay que morir”

·         “Lo del cáncer de pulmón es mentira”

 

3- Manteniéndose sin fumar

  1. Darse permiso de tener ganas de fumar, es normal y se debe controlar para NO recaer.
  2. El “estrés” es un factor de recaída, practicar técnicas de relajación puede ayudar, por ejemplo ejercicios de respiración.
  3. Evitar contacto con el cigarrillo.
  4. Incorpore nuevos hábitos de vida. Realice actividad física, disminuya el alcohol y coma sano.
  5. Expóngase gradualmente a situaciones de riesgo, como compartir actividades con fumadores.

 

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La información aquí brindada constituye una guía general, no debe ser utilizada para el diagnóstico o tratamiento de alguna condición médica. Consulte y solicite información a su médico quién lo aconsejará sobre el diagnóstico y tratamiento que se ajusta a su caso.

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