El sobrepeso, la obesidad y las enfermedades que están asociadas a ellas (infartos, ataques cerebrales, diabetes, artrosis, cáncer, etc.) pueden ser prevenidas.
En el caso de la obesidad infantil es fundamental trabajar previniendo su desarrollo y no solo, como sucede en la actualidad, centrando la actividad en el tratamiento de los afectados. La pérdida del equilibrio calórico dado por la falta de actividad física y el aumento de alimentos ricos en calorías que caracteriza a las sociedades desarrolladas o en vías de desarrollo, también ha llegado a los niños.
La Argentina sustenta el primer puesto en obesidad infantil en menores de 5 años con un porcentaje algo mayor del 7%.
Que se puede hacer preventivamente?
- Aumentar el consumo de frutas y hortalizas, legumbres, cereales integrales y frutos secos;
- Reducir la ingesta total de grasas y sustituir las saturadas por las insaturadas;
- Reducir la ingesta de azúcares, y
- Mantener la actividad física: un mínimo de 60 minutos diarios de actividad física de intensidad moderada o vigorosa que sea adecuada para la fase de desarrollo y conste de actividades diversas. Para controlar el peso puede ser necesaria una mayor actividad física.
Estas actividades deben ser sostenidas por todos los actores sociales, así tanto el Estado como las organizaciones privadas deben crear entornos saludables y condiciones de accesibilidad de opciones dietéticas saludables para los niños y los adolescentes.
El rol de los padres en el hogar influye en el comportamiento de sus hijos, es necesario que aquellos pongan en el hogar bebidas y alimentos saludables y apoyen y alienten la actividad física. Es fundamental que también los padres tengan un estilo de vida saludable y la fomenten, el ejemplo es un gran educador.
Otro participante es el entorno escolar el cual es ideal para obtener conocimientos sobre opciones dietéticas saludables y la actividad física.